dimarts, 23 d’octubre del 2007

La glosa del Valdovinos

- ... yo diré mi glosa, de la cual no espero premio alguno, que sólo por ejercitar el ingenio la he hecho.
- Un amigo y discreto -respondió don Quijote- era de parecer que no se había de cansar nadie en glosar versos, y la razón, decía él, era que jamás la glosa podía llegar al texto, y que muchas o las más veces iba la glosa fuera de la intención y propósito de lo que pedía lo que se glosaba [...].   Don Quijote, II, XIX

"Señora, la mi señora,
de la alhama sois venida,
hija de príncipe moro
y de cristiana cautiva.
Nacierais para princesa
en cuna de maravilla:
dejasteis la vuestra raza
y las torres de Sevilla
por la grupa de un caballo,
por esta tan mala vida,
que nos trae de loma en loma
y de una villa a otra villa.
¿Olvidarais vuestra estirpe?
¿Olvidasteis ya la orilla
de dulce Guadalquivir
de las aguas donde brilla
el oro de una tal torre
que fama tiene garrida?"
"No lo olvidé, mi señor,
no lo olvidé, la mi vida,
que en bronce no me forjaron,
que en piedra no sea esculpida:
si es de noche ya entre sueños;
que en ensueños, si es de día,
me vienen a visitar,
se me ponen a la vista
dentro deste corazón
las luces de la mezquita,
las que brillan por las tardes
con la postrer luz del día,
oyendo voces de almuédano
y, en las torres, las vigías
escucho a las madrugadas
y gritaban sus consignas.
En un jardín de arrallanes
las mañanas se me pintan
que cortabamos las rosas,
hora de la amanecida;
mis dos hermanas mayores
y la otra, pequeñita,
me acechan como entre sombras
y las vea doloridas,
llorando por las alcobas,
ca de Sevilla sea exida.
¿Vivirá mi anciano padre?
¿Y mi madre tan querida?
¿Los matara ya la pena
por mí desaparecida?
El corazón se desgarra,
se abre en dolor y agonía,
añorando ahora mi patria,
y amor, el de la familia."
"Si tanto sufres mi mora,
¿no a Sevilla volverías?"
"Volviera, maguer ya muerta,
entonces yo volvería:
aliento así que me quede,
así que sienta la herida
que me abrasa las entrañas,
la que tú encendiste un día,
no abandone tu costado,
siempre me tengas erguida
a la grupa, en tu caballo;
y si el caballo moría,
a tu lado, pie en la tierra,
de amor venga a ser perdida.
Vos, mi señor Valdovinos,
¿a Francia no tornarías?
¿No suspiráis por la patria?
¿No suspiráis por la amiga
que abandonarais, cuitada,
que añora vuestra venida?"
"A la patria yo tornara
si encontrara la salida
de este dulce laberinto,
de selva esta tan tupida
en que destino me echara
por penitencia florida,
por el pecado de amores
que es la vuestra compañía.
Si ruta tomo de Francia,
termino en la morería."
"Y yo si la de la alhama
en la Francia me vería.
Por amores me tornara
cristiana si yo podía."
"Yo por los vuestros, señora,
a Mahoma serviría."

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